Luego de cinco años, regresamos con el médico, pensaba que el tratamiento que me había colocado sería de ver los avances con el tiempo, pero…. No se vio nada, sería que se verían al quitar las grapas? No! El tratamiento falló!! Bueno y como siempre otro plan y opción… otra vez a operarme hacer osteotomía en ambas tibias y adicional extraer las grapas… Otro proceso más, y la paciencia cada vez más lejos, la esperanza perdida pero muy dentro, pero muy dentro la vocecita que decía esta es la última vez, creo que era mi deseo de quedar bien quien me decía eso, al final le escuche y accedí a operarme, dicho sea de paso debía ser en el mes de octubre otra vez ya que no podía descuidar mi carrera y mi madre saldría de viaje sin una fecha de retorno.
Esto se complicaba cada vez más, ya que en el año 1995 nos habíamos mudado a Chiquimula por lo que el viaje de retorno sería eterno.
Para variar, el médico se sentó a platicar conmigo indicándome lo siguiente: “Bueno Princesa, esta será la última operación que yo te realizaré, la verdad no puedo hacerte sufrir tanto y pues no soy quien para luchar contra la voluntad de Dios, así que si no quedas bien ya será porque Dios así te quiere.” Mis ojos inmediatamente se llenaron de lagrimas pues eso indicaba que, toda oportunidad posterior si no quedaba bien, estaba eliminada… Aún así me operé siempre en el Hospital Ixchel, el mismo procedimiento, a los 2 días me dieron de alta y pues me regresé a Chiquimula a esperar el resultado a los 3 meses, se imaginan? ¡¡¡En medio del calor y con yeso!!! Lo peor! jajaja pero tenía una ventaja, me consiguieron una silla de ruedas y mis hermanos y uno que otro amigo me agarraban de su diversión haciendo carreritas conmigo en la silla, jajaja que recuerdos, y yo que no podía decir que no… tanto así que en una de esas me caí de unas gradas, cuando ya me faltaba una semana para que me retiraran el yeso, recuerdo que me puse a la orilla de la puerta de mi casa y habían un gradita más la acera y otras 4 gradas hasta dar a la calle, y pues viendo quien venía, ya que habían quedado de ir por mi y nunca llegaban, así que me asomo y para abajo!! Jajaja el susto fue enorme y a la vez chistoso pues la silla de ruedas salió para un lado, las tablas que sostenían mis piernas por otro lado y yo jajaja encima del carro de mi madre que gracias a Dios lo había dejado estacionado frente a las gradas, toda la gente de la cuadra salió a levantarme y bien como dicen entre más te sobreprotegen más vulnerable te vuelves y por consiguiente lloras, si habría estado sola me habría levantado de alguna forma sin que se dieran cuenta jajaja pero fue inevitable y en cambio me puse a llorar jajajaja que episodio.
Ven no toda mi historia ha sido aburrida jiji pero también debo confesarles que gracias a que hay algo que se llama intuición que por lo que ahora comprendo la he tenido como muy desarrollada, pues intuía que una pierna no estaba bien, eso lo supe desde el momento en que pude sentarme a ver mis piernas enyesadas notaba que la rodilla izquierda no estaba alineada perfectamente con el tobillo, era extraño pues en los rayos X si se veía perfecta…
Se llegó el gran día, y pues viajamos a la capital a la clínica del doctor y pues listísima para ver el resultado juntamente con un sinfín de emociones, nervios, temor, alegría, etc. Extraen el yeso y lo que intuía en efecto era cierto había dejado la pierna izquierda con la rodilla hacia afuera y el pie hacia adentro, ajá y el doctor ya había dicho que no me operaría más y obvio como reconocer su error, cuando la operación había fallado por un mal cálculo, y de ninguna manera se haría responsable de hecho no lo hizo, se le pago completo y el no fue ni digno de disculparse, simplemente ya estaba dicho que no me operaría más.
Le dije a mi madre que NUNCA más me operaría, ya que las palabras del doctor de que Dios me quería así habían logrado convencerme. Pero será que esa era la voluntad de Dios? Que dicen ustedes? Para mí en ese momento si fue la voluntad de Dios, me di por vencida. Aún así como dicen “el show debía continuar” mi madre partía el 3 de enero de 1998 y pues debía mostrar fortaleza y que todo estaría bien durante su viaje. Continúe mi carrera y pues nos quedamos viviendo con mi hermana quien ese tiempo yo de 17 años y ella de 13 debíamos de salir adelante sobreviviendo con el dinero que mi madre había dejado con un tío para que se nos diera diario.
Le dije a mi madre que NUNCA más me operaría, ya que las palabras del doctor de que Dios me quería así habían logrado convencerme. Pero será que esa era la voluntad de Dios? Que dicen ustedes? Para mí en ese momento si fue la voluntad de Dios, me di por vencida. Aún así como dicen “el show debía continuar” mi madre partía el 3 de enero de 1998 y pues debía mostrar fortaleza y que todo estaría bien durante su viaje. Continúe mi carrera y pues nos quedamos viviendo con mi hermana quien ese tiempo yo de 17 años y ella de 13 debíamos de salir adelante sobreviviendo con el dinero que mi madre había dejado con un tío para que se nos diera diario.
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