En ese año 1990 mi padre se enteró de un médico muy reconocido a nivel nacional y pues decidió llevarme, recuerdo que cuando vi al doctor que por cierto tenía un aspecto algo simpático a pesar de ser ya una persona mucho mayor que mi papá, pues me agradaba y me encariñe con él, tanto así que lo maltrate… jajajaja pero esa es otra historia… Bueno como todos los médicos debía de verme las piernas para hacer el chequeo de rutina, y pues evidentemente el problema tenía solución, argumento, y pues la operación ahora consistía en una osteotomía en fémur y tibia, o sea que… me iría peor que las tres operaciones anteriores… bueno no había opción.
Se hicieron los trámites preoperatorios y esta vez me operarían en el Hospital Ixchel, recuerdo que me internarían a la semana después de salir de clases por lo que mis padres planificaron unos días para ir de paseo a Morales Izabal de donde somos originarios (bueno también somos de Chiquimula jajaja) recuerdo que ya venía lista con mis cosas para ingresar al hospital, por lo que me quedé donde mi abuelita en su apartamento pues al siguiente día a las 6 a.m. debía salir al hospital. Se hizo todo el ingreso al hospital, muy pequeño y a la vez bonito, como requisito debía estar un día antes de la operación por lo que mi familia gustosamente iba a visitarme y recordábamos tiempos de infancia de mi padre, las horas de visita se hacían cortas y la alegría de estar compartiendo con ellos era sin duda una experiencia agradable. Esa vez recuerdo que me ingresaron al quirófano a las 7 a.m. y pues fue un poco más dura la operación ya que me enyesaron desde las costillas, parte del muslo hasta la punta del pie, dejando apenas descubiertos los dedos de mi pie y adicional con un palo atravesado de la rodilla a mi cadera para que me impidiera sentarme ya que según el médico por el corte del fémur esa era la mejor opción, y si a eso le agregamos a que por un mal procedimiento al momento de que tomaron los rayos X después de la operación resulta que no había quedado bien la pierna por lo que al siguiente día me volvieron a ingresar al quirófano para hacer una especie de corte en el yeso específicamente en la rodilla pero en el lado inferior para halar el hueso sosteniendo el fémur y tibia y hacerlo como quien toma un alambre y lo intenta cerrar, colocaron nuevamente el pedazo de yeso que era como un bocado según indico el Dr y volvieron a enyesar solo en esa parte.
Transcurrieron otros tres meses y el resultado final… tararán….. el mismo!!! Jajajajaja solo con la pequeña diferencia que corrigieron el fémur derecho, el bocado que sacaron para hacer la corrección después de la operación, quedo inserto en mi piel por lo que me quedo una cicatriz mayor en la rodilla y me dejaron un acortamiento de casi 3 dedos a diferencia de la pierna izquierda, ah… pero eso no era suficiente, por el mismo esfuerzo que la pierna izquierda estaba haciendo al soportar sola todo el peso de dos piernas, pues empezó a desviarse por lo que ya para el año 1992 mis piernas se veían de esta manera >) demasiado, cierto? pero eso no acaba alli...
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